
Hay una regla de oro en Internet, quizá la más importante de todas: "Si existe, hay porno sobre ello. Sin excepciones". Se la denomina –cariñosamente– la Regla 34, aunque nadie sepa cuáles son las restantes 33.
Esto se me vino a la mente cuando vi "Top Guns", una de las últimas cintas de Kayden Kross, dirigida por Robby D. en 2011 y estelarizada (además de la rucia del apellido cervecero) por Raven Alexis, Sasha Bleu, Jesse Jane y el inefable Ben English. Reparé en varias cosas. Primero, debe ser la vez chorrocientosmiltrillones, que una cinta clásica (Top Gun) es pornografizada, ahí están para demostrarlo: Clockwork Orgy, Horat, Porn Wars o Pulp Friction; amén de las series tipo Sasha Grey's Anatomy o The Big Bang Theory an XXX parody. Segundo, es increíble como el porno adopta las maneras o los manierismos estéticos de su época: cuando los lejanos setentas se regocijaban en las cintas para todo espectador (como Castillos de Hielo o El niño de la burbuja) con los difuminados en glicina, allí estaba Bob Guccione para inventar el estilo Penthouse de imágenes en sfumatto que tantos réditos le dieron y que instaló el cliché de la mujer desnuda tras un velo de neglillé; cuando en la misma época campeaba el cine norteamericano de factura sucia (heredero del neorrealismo italiano y la Nouvelle Vague francesa), como "Calles Peligrosas" de Scorcese, ahí estaban "Garganta Profunda" y "El Diablo en Ms. Jones" para imitar el estilo casi à la 133 atrapados por la realidad; y así, podemos seguir sin parar a través de los ochentas y noventas.
Bueno, la cosa es que ahora lo que la lleva es el hipsterismo, las cámaras Lomo, el aire documental-indocumentado, casual e indie. Y "Top Guns" sigue la moda: las escenas están grabadas sin todos los rodeos, paneos y malabarismos de cámaras de las dos décadas anteriores, haciendo valer esa idea tan "independiente" de filmar naturalmente (culpa de Lars von Trier y Dogma 95); la performance de los actores "exóticos" abandona el Kamasutra, para reemplazarlo por una ejecución más cool, sincera (en apariencia) y "como que no quiere la cosa"; pero, lo más notorio es el tratamiento fotográfico, "Top Guns" parece haber sido pasada por un filtro de Instagram para ser twitteado y luego llevado a alguna página de Pinterest: contrastes altos, ángulos desajustados, aura víntage. Se trata, ni más ni menos, que de Porno-Hipster; una nueva manera de aproximarse al género, y de la que Kayden Kross parece ser la musa, así cómo Zooey Deschanel o Ellen Page lo son en el mundo de las cintas para ver sin vergüenza.
A mí, al menos, me choca un poco esta revolt into seventies que significa la tendencia, acostumbrado a la espectacularización a que nos tenía acostumbrados la pornografía desde Andrew Blake, pero qué se le va a hacer, los tiempos cambian, y es la hora y el día del hipsterismo. Armémonos de paciencia, que se viene la avalancha.
Por Francis de Utah (Colaborador Litio).
Publicado el 25 abril, 2012 en 8:30 PM en -Sexus | RSS feed | Respond | Trackback URL